La idea de base es que es posible aplicar metodología ágiles, centradas en la ciudadanía en la Administración Pública.
El sector público puede ser más sensible a las necesidades de la ciudadanía, puede ser menos burocrático, en definitiva, puede ser más ágil. Los mismos principios que rigen para el mundo empresarial pueden tener cabida en el mundo público, y eso puede aportar más resultados para la ciudadanía.
He encontrado solo una reflexión, en español, sobre la introducción de metodologías ágiles en el entorno de las Administraciones Públicas. La reflexión es de Alorza y lo hace en el blog de espublico.
Alorza se refiere en su articulo a la Agilidad y agilismo para la innovación pública, e introduce 3 motivos que deberían fomentar esa introducción:
El primer motivo apunta a la propia naturaleza de la innovación, que procede en ciclos iterativos de experimentación y evaluación. Cuando los productos incorporan un componente experimental, necesitan exponerse al contacto con sus usuarios lo antes posible, para poder perfeccionarse a partir de la experiencia de uso. En otro caso, nos encontraremos con proyectos faraónicos que, sin embargo, no consiguen ser adoptados. Recordemos que la tasa de conversión es el indicador clave.
El segundo motivo tiene que ver con la motivación de las personas y los equipos que llevan a cabo los proyectos. Es imposible mantener el entusiasmo cuando un proyecto dura dos años y no se liberan productos intermedios operativos. Llega un punto en que el plazo de entrega se antoja aleatorio, no existe sentido de urgencia -o, al contrario, todo es urgente- y al final se acaba entregando algo que nadie sabe si responde a lo que desearíamos.
El tercer motivo es económico. Los proyectos faraónicos son eso, faraónicos, y tienden a incrementar sus costes por encima de lo razonable. Mi consejo es que cualquier proyecto tecnológico que tienda a crecer se descomponga en módulos menores, controlables, de duración corta. Una duración ideal es la que abarca un trimestre. Cuidado con los proyectos plurianuales.
He querido repensar los 12 principios del manifiesto agile y adaptarlos desde el punto de vista de una Administración Pública. Para ello, en primer lugar he definido el alcance:
¿Puede reinventarse la Administración Pública para conseguir generar confianza en la sociedad?
Ya se que esta pregunta lleva carga de profundidad. Esta presuponiendo que la Administración Púbica debe reinventarse, y además, que debe conseguir generar confianza en la sociedad, es que acaso ¿Alguna vez la ha perdido? La respuesta a estas preguntas, ya las dejo a propia elección.
Es decir, el punto de partida que estoy planteando es que las Administraciones Públicas pueden hacer las cosas de una forma distinta y que con ello conseguirán ser un motor de cambio social.
Bajo estas premisas, me dispongo a releer y adaptar los 12 principios del manifiesto agile, de tal forma que puedan se aplicados de forma realista en los procesos que aplica la Administración Pública.
Mi intención es que esos principios sirvan de motor de cambio y de inspiración para cualquier proyecto de transformación que quiera emprenderse en una Administración Pública.
De hecho mi intención es confeccionar, a partir de ellos, un método que sustente los procesos necesarios para generar un proceso de transformación.
LOS 12 PRINCIPIOS AGILES PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
- Nuestra mayor prioridad es satisfacer a la ciudadanía mediante la entrega rápida y continua de servicios con valor.
- Aceptamos que las circunstancias cambien. Los procesos Ágiles aprovechan el cambio para proporcionar mejor servicio a la ciudadanía.
- Damos respuesta y servicio a la ciudadanía en el periodo de tiempo más corto posible.
- Responsables políticos y trabajadores públicos trabajamos juntos de forma cotidiana.
- Los Instituciones que funcionan lo hacen porque sus individuos están motivados. Hay que darles el entorno y el apoyo que necesitan, y confiarles la ejecución del trabajo.
- El método más eficiente y efectivo de comunicar información a los trabajadores públicos es la conversación cara a cara.
- Un ciudadano que confía en nosotros es la medida principal de éxito en lo que hacemos.
- Las Administraciones ágiles promueven el desarrollo sostenible. Dirección, trabajadores y usuarios debemos velar por la sostenibilidad ecológica, económica y social.
- La atención continua a la excelencia y al cuidado de los detalles mejora la Agilidad.
- La simplicidad, y el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado, es esencial.
- Las mejores iniciativas, la calidad y la excelencia en el servicio emergen de equipos auto-organizados.
- A intervalos regulares el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para seguidamente ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia.
Al igual que el manifiesto agile, que estaba pensado para los desarrollos de software, los 12 principios son solo guías que pueden servir para aplicar nuevos métodos y modelos de cambio.
Y al igual también, que el manifiesto agile original se basa en 4 valores:
Servicio a la ciudadanía | mejor que | Procedimientos y herramientas |
Ciudadanía satisfecha | mejor que | Deber cumplido |
Colaboración con la ciudadanía | mejor que | Carta de servicios |
Respuesta ante el cambio | mejor que | Seguir un plan |
Naturalmente, al igual que el manifiesto agile original, podemos decir que aunque respetamos los valores del lado derecho, nos gustan más los de la columna de la izquierda.